Editorial

Este es un blog orientado a la observación del deporte, en este caso el amateurismo argentino, de cara a Beijing 2008, próxima sede de los Juegos Olímpicos.
Intentaremos mostrar cuantos representantes de Argentina nos sea posible previo a su viaje a China, siempre desde un ángulo integral. No mostraremos sólo al deportista sino que indagaremos en sus experiencias, en lo que siente, en el camino que cada uno haya tenido que transitar hasta llegar al más grande evento deportivo del planeta.


(fuente:www.youtube.com)

Nos concentraremos en el desarrollo de la psique deportiva de estos casos porque, está altamente estudiado, un campeón es una intensa mezcla de reacción muscular y biomecánica pero éstas aptitudes se consiguen con arduo entrenamiento y, por supuesto, precondiciones físicas y emocionales de cada individuo. Aquí se pone en juego cómo el deportista recoge y procesa información, la biología de su cerebro, en su propia biología y en sus procesos cognitivos.
Todos éstos factores, los fisiológicos y psicológicos están en permanente contacto y movimiento. Veremos cómo interactúan frente a la presión emocional de un Juego Olímpico, cuáles son los factores que afectan a nuestros deportistas, cuáles los que los fortalecen, quiénes los entrenan y si estos entrenamientos están dedicados al desarrollo holístico del competidor.
Los invitamos a leer.

Yo lo cuento, experiencia con Nelly Giscafré la psicóloga de Las Leonas

El softbol es un deporte chico en Argentina, pero el organismo que aglutina a los países que lo practican, la ISF (International Softball Federation) tiene más países asociados que la ONU.

Cuando digo que es un deporte chico quiero decir que no somos muchos los que lo practicamos a nivel federado, muchos de los chicos que lo practican en los colegios primarios y secundarios no se federan, por lo menos en provincia de Buenos Aires, para poder jugar los Torneos Juveniles Bonaerenses y así se pierden muchos posibles jugadores de clubes federados a la CAS (Confederación Argentina de Softbol).

En los campeonatos Argentinos nos conocemos y nos saludamos todos, el ambiente de este deporte en particular es heredado del calor latino que corre por nuestras venas, se viene desde lugares típicos en los que se practica como Cuba, Puerto Rico, las Antillas Holandeses, Costa Rica, México y muchos más.

Pero cuando llega la oportunidad de representar a Argentina en torneos internacionales, las cosas se ponen bien serias. Se entrena duro en el gimnasio y en la cancha, se descuida el estudio, al novio, la familia y al resto del mundo. El amateurismo exige todo tipo de sacrificios, desde los físicos, los emocionales a los monetarios cuando hay que pagar por los uniformes que usaremos en los torneos, por los médicos y hasta por las dietas que uno deberá cumplir a rajatabla.

Nelly Giscafré entró un día a una concentración de la Selección Argentina Sub-20 2003, de la que yo formaba parte, y nos habló para calmar nuestras ansias y nervios previo a jugar el mundial de la categoría en Nanjing, China.

El nuestro era un equipo. Un equipo que había demostrado, más que a la tribuna, a sí mismo que se podía ser argentino y ganar partidos internacionales, uno atrás de otro. Y en esa vorágine de espíritu ganador nos cruzamos con la selección de Estados Unidos (triple medallista de oro de los Juegos Olímpicos). Si bien el partido fue bueno perdimos, quizá como era de esperarse.

Nelly fue clara y dijo: "Cuando nos enfrentamos a equipos que en los papeles son superiores a nosotros desde todos los ángulos, nuestra situación pasa a ser de ganancia-ganancia. ¿Por qué? porque si les ganamos, estallamos en éxtasis. Y si no les ganamos, como todos prevén, seguimos ganando, porque es muy difícil que un equipo tan superior tenga cosas para aprender de uno como el nuestro, y nosotros tenemos todo para aprender de ellos. Tenemos la posibilidad de cruzarnos en la cancha con gente que admiramos y que vive para y por esto, los podemos ver de cerca, observar todos sus gestos técnicos y los actitudinales también. ¿Ven?, acá ganamos o ganamos."


(fuente:www.youtube.com)

Nuestro equipo nunca le ganó a Estados Unidos en femenino, los varones han tenido mejor suerte, pero cuando nos enfrentamos a ellas en el Mundial nos generó a las 18 que participamos de ese equipo no sólo una de las mejores experiencias que hemos vivido, sino uno de los más gratos recuerdos que todas tenemos del softbol.

Así como entró, Nelly se fue y quedamos todas en nuestro grupo de adolescentes con la cabeza en marcha, pensando en lo que nos había dicho ella y recordando lo que Pam Newton, entrenadora de la selección de Estados unidos Sub-20, nos había compartido una vez: "Como balanceándote en una cuerda floja, mantente relajada, con la vista en la meta y la frente bien alta".

Resultado: ganamos.









Imagen partido Argentina-USA, Mundial 2003.
(fuente:www.internationalsoftball.com)

Entrevista a Germán Lauro, lanzador de bala


Donde pone el ojo, pone la bala

Entrevista a Germán Lauro, lanzador de bala y representante olímpico argentino

Son las siete de la tarde en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) en el barrio porteño de Núñez y los días se van haciendo cada vez más cortos, ya casi oscurece a esta hora.

Lo esperamos a él en el hall del hotel en el que vive junto a los mejores deportistas del país y baja del primer piso como una tromba, con su 1,85 metro y 120 kg. de humanidad. Germán Lauro es enorme, pero lo que él representa junto a los logros que ha obtenido, lo superan en tamaño. Y eso lo hace felíz.

Nos sentamos en el salón de esparcimiento del hotel, Germán parece distendido y cómodo pero no pierde ese aire de gente de campo, de pocas y concisas palabras. Nos presentamos y sin solución de continuidad le preguntamos cómo hizo para llegar a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008:
Lauro: - “Llego a través de una marca mínima que es requerida. El atletismo no es como otros deportes que tenés de hacer (torneos) Preolímpicos, ni torneos especiales. A nosotros, a través de la Federación Internacional (de Atletismo) nos exigen dos marcas mínimas, una B y una A. Pero con llegar a la marca B, que es un poco menor a la A, ya le permite a cualquier atleta clasificar para los Juegos (Olímpicos).
Yo esta marca la hice en febrero pasado, en un torneo en Porto Alegre (Brasil), en donde me pedían 19.80m y yo hice 19.88” (nuevo récord argentino).

Germán es muy joven para su especialidad, nos cuenta que él con sus 24 años tendrá que enfrentarse a atletas que, en su inmensa mayoría, rondan los treinta años y se encuentran en la plenitud del rendimiento físico, sin contar con la experiencia que acarrean.

El oriundo de Trenque Lauquen tiene serias intenciones de clasificarse para la fase final de los Juegos Olímpicos, a la que sólo acceden los doce (12) mejores de los más de cincuenta (50) que se presentarán. Para esto se irá de gira por Europa desde el próximo mayo para, entre otras cosas, competir en el Campeonato Iberoamericano de Atletismo a realizarse en España y, de paso como él dice, evitar el invierno argentino que complicaría la práctica de este deporte al aire libre.

Germán, que nunca habla en primera persona, dice que “tienen” serias posibilidades de ganar un “oro” en España y agrega que para llegar a los 12 mejores en Beijing debería estar lanzando regularmente por sobre los 20mts. Nosotros creemos en que lo va a lograr.

Le creemos porque con su escasa edad viene obteniendo título tras título (Torneo Sudamericano y Nacional de Atletismo, Juegos Odesur, entre otros), premio tras premio, reconocimientos y lauros a montones.

Germán es hoy en día, junto con su tocayo Germán Charaviglio (garrochista), los dos más exitosos representantes del atletismo argentino. Ambos estarán en Beijing 2008 habiendo entrado por la puerta grande al evento que más moviliza las entrañas de cada deportista amateur en el mundo, y lo harán compitiendo en el deporte más antiguo de los Juegos Olímpicos.

Lauro se medirá con titanes provenientes de todos los rincones del mundo y que quieren lo mismo que él: ganar. Pero Germán ya ganó, representa a su país.
Y de Argentina, Germán, representa lo mejor. Además, podemos estar tranquilos en esto: donde pone el ojo, pone la bala.